OLFATO.
OLFATO
La anatomía del
sistema olfatorio es bastante parecida en todos los vertebrados. La parte de
la nariz, exterior,
sólo sirve para recibir y canalizar el aire que contiene las moléculas
olorosas.
La percepción se
inicia en los receptores que se encuentran en la parte profunda de la cavidad
nasal.
Las células
receptoras olfatorias se encuentran en una fina lámina que constituye el
epitelio
olfatorio. Las células receptoras son células nerviosas
bipolares, procedentes originalmente del
SNC. Se diferencian durante la vida fetal a partir
de células basales precursoras y este proceso
continúa durante toda
la vida adulta. Las células en desarrollo envían sus dendritas desde el soma
hasta la superficie
epitelial (recubierta de mucus) y sus axones (finos y amielínicos) hacia el
bulbo
olfatorio, localizado
en la parte inferior del lóbulo frontal cerebral. Después de 60 días de vida
media, degeneran y
son fagocitadas. Las células receptoras
olfativas son las únicas neuronas
conocidas que sufren
un recambio continuo a lo largo de la vida adulta.
5.2 CLASIFICACION
DE OLORES
Una vez que las
partículas llegan a nuestra primera neurona olfativa, el estímulo químico se
transforma en un estímulo eléctrico, conducido por los axones hasta el bulbo
olfatorio. Los axones han atravesado la lámina cribosa, una estructura
microperforada, que comunica nuestra nariz con el cerebro. Los axones terminan
en unas estructuras llamadas glomérulos olfatorios, responsables de la
amplificación de la señal eléctrica. Desde los glomérulos olfatorios, la
información es conducida hasta el sistema límbico, el hipotálamo y hasta la
corteza cerebral, tanto temporal como frontal. El nervio olfatorio es nuestro
primer par craneal, de los doce que consta nuestro cuerpo humano. El genoma de
los mamíferos contiene una gran cantidad de genes relacionados con la
olfacción. Cada uno de ellos, codifica una proteína que actúa como receptor
específico de cada sustancia odorífera. Se cree que tenemos unos 1000
receptores diferentes, por lo que la familia de proteínas receptoras del olor,
es una de las mayores del genoma.
El reconocimiento de
un olor determinado viene dado por la estimulación simultánea de varios
receptores, por lo que las combinaciones son casi infinitas.
En 1991 se descubrieron los primeros genes de las proteínas receptoras del olor y en 1996 fue caracterizado el primer receptor olfativo humano.
Los olores se clasifican en 10 categorías básicas:
Fragante/floral
Leñoso/resinoso
Frutal no cítrico
Químico
Mentolado/refrescante
Dulce
Quemado/ahumado
Cítrico
Podrido
Acre/rancio



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